4 FORMAS DE SUPERAR UNA RUPTURA AMOROSA

 Cuando damos apertura a experimentar la esfera de la pareja, esta se convierte en un vínculo desde el plano sentimental  donde se construye un mundo íntimo, lleno de momentos especiales, se cumplen roles de apoyo y soporte emocional, y se generan proyectos a futuro en común.

Sin embargo cuando una de las partes o ambas partes empiezan a sentir insatisfacción por los motivos internos o externos que sean, y se genera la ruptura amorosa, esto puede conllevarnos a un episodio muy doloroso, porque se ha generado un vínculo el cual generalmente está ligado a lo que esperamos del otro, a las expectativas puestas en la relación, al dolor que proviene de aquello que no se va a cumplir, específicamente de las ilusiones rotas, o incluso de la imagen que tienes de tu pareja y lo que eran como pareja, por lo cual, ya no va a seguir siendo.

El dolor proviene de no poder controlar los pensamientos, los sentimientos, y las decisiones del otro, o de la frustración de haber intentado todo pero no lograr los resultados esperados para reparar el nexo con la pareja.

Nadie arranca una relación pensando que se va a acabar, pero son muchos los aspectos en juego los que permiten que una relación sea sana y prospere, en referencia a  una relación dañina que implique estancamiento en la pareja y poca libertad personal.

Cuando se vive un duelo se remueven todas las emociones, especialmente la negación, la tristeza, la rabia, y posteriormente la aceptación, junto a la situación de duelo se activan muchos recursos como: buscar ayuda, aprender a pasar tiempo a solas, activación de la vida espiritual,  apoyo en actividades y búsqueda de compañía en  familiares/ o amigos para poder salir de la etapa del desapego y restablecer nuevamente la confianza en sí mismo y en general reorganizar el mundo propio.

1.  TODO LO QUE ESTA SUCEDIENDO YA TU LO ELEGISTE

En un principio es ilógico pensar que esto que vives tan doloroso  lo hemos elegido, pero resulta que en la vida aquello que yo no he aprendido lo suficiente, la misma vida te lo plasma en forma de personas o situaciones para que entiendas donde necesitas sanar. Una relación rota habla más de ti sobre aquello que puedes mejorar, lo que no has podido ver de ti, los patrones que sigues repitiendo, saca las inseguridades y temores más profundos para que los veas, y no te juzgues, solo los observes, y hagas algo con ellos.

2. El DOLOR ES VALIDO Y ES NECESARIO SER DRENADO.

Casi nadie  termina una relación riéndose, generalmente desvincularse puede generar sentimientos de apego, llanto excesivo, insomnio, poco deseo, desinterés por actividades, pensamientos negativos, y falta de motivación ante la vida en general. Por eso el dolor hay que drenarlo de múltiples formas, el escenario de terapia es idóneo para hablar, expresar,  descubrir nuevos puntos de vista de ti mismo y la manera en que te relacionas que no hayas visto antes; el poder llorar a solas, y también acompañado es una ventaja enorme, por eso hay que comunicar y no negar cuando las cosas van mal. Perder el miedo a ser vulnerables, y la vulnerabilidad no te va a hacer víctima.

Muchas veces queremos que sea el otro ─quien se ha ido─ el que nos sane o la propia negación del proceso hace que se activen soluciones intentadas que ya no funcionan (mandar regalos, rogar, volver, escribir sobre el dolor propio al otro, insultar a modo de desahogo). La sanación es personal y comunitaria con aquellos que pueden respaldarte, no vas a sanar donde te hicieron daño, así que pide toda la ayuda posible, espiritual, libros de ayuda de personas que han atravesado dolores profundos, e incluso, hay momentos de soledad que te harán más fuerte y debes vivirlos; escribe, habla, saca todo porque para todo hay tiempo:

 ─tiempo de llorar, tiempo de reconstruirse y tiempo para levantarnos ─

3. NO EXISTEN VICTIMAS Y VICTIMARIOS, TODO LO QUE NOS SUCEDE NOS MUESTRA MAS DE NOSOTROS MISMOS Y ESA ES LA FUENTE DE APRENDIZAJE.

 Del mismo dolor, podemos pensar que el otro es un ser malvado, el otro simplemente es un ser que está tomando decisiones sin juzgarlas, y que estas te han generado sensaciones o emociones. En sí, es  una dinámica que se ha roto, y es apenas normal sentir que duele, sin embargo cuando miras a fondo te das cuenta que ese/ esa que hoy te ha hecho daño, se convierte en un maestro doloroso de gran aprendizaje, porque es quien te va a permitir ver lo que negabas, ignorabas, e incluso lo que no enfrentabas, ni  expresabas.

Es importante hablar de tus necesidades y no omitirlas más, tomar decisiones y sobre todo ocuparte de ti. Vivimos pensando que es el otro quien tiene que cambiar,  y cuando deseamos cambiar a alguien, hemos entrado en el terreno perfecto para dejar morir  la pareja,  está bien que hay personas que realmente hacen daño, porque son inconscientes, porque lo hacen agrede, porque no están en un mismo nivel de responsabilidad ni compromiso y puede que esas personas hayan activado heridas de humillación, traición, desconfianza o rechazo que ya venían contigo, lo cierto es que somos totalmente responsables como adultos de enmendarnos.

4.  SOLTAR ES ACEPTAR.

Cuando no hemos aceptado que se fue, que ya no hay vinculo, se hace difícil soltar, la clave es aceptar, acepta que ella/él ya no desea seguir, que no se siente cómodo(a), que ha puesto sus ojos en alguien más, si su decisión es equivocada o no, ya eso es un juicio que no te corresponde, a ti te corresponde soltar lo que no te hace bien, y como las relaciones son de reciprocidad, y con esto quiero decir ─que el intercambio o aquello que el otro da a la relación como aporte para ti es suficiente y es bienvenido─.

Con lo anterior no estoy hablando de que debe ser un intercambio transaccional igual tipo 50 y 50, porque este tipo de intercambios se convierte tarde que temprano en deuda, soltar implica descubrir que puedes volver a reorganizarte no una vez, sino varias veces, confiar en que el mejor camino jamás será retener, negar u omitir, porque esto se convierte en autoengaño, a medida que somos auténticos y reconocemos que el amor debe ser libre, respetamos decisiones y agudizamos la mirada dentro de nosotros, es decir, esa parte del camino en donde descubres que estas bien contigo, que te bastas contigo misma(o),con lo que la vida te dispone y desde allí vuelves a construirte. Por ende revisemos cuales fueron las fallas que te corresponden, porque quien no aprende o no ve, vuelve a vivir las mismas experiencias de otras formas.