Hoy en día muchos padres acuden a consulta por sugerencia de la escuela, comparación con niños de su edad o con sus mismos hermanos o sugerencia de su pediatra por algunas conductas que llaman su atención. Es importante diferenciar siempre que cada uno de ellos son muy diferentes aunque puedan tener tratamientos muy similares, por ejemplo: para apoyar a un niño en la conducta es necesario el apoyo de un psicólogo especializado en esta área o por ejemplo en cuanto a aprendizaje o desarrollo (dislexia, déficit cognitivo, déficit de atención con hiperactividad o autismo) es indispensable el apoyo de profesionales como neuropsicologos, terapeutas especiales o fonoaudiólogos.

 Antes de alarmarnos y empezar a intervenir, es importante tener en cuenta los siguientes puntos:

1)    Realizar una evaluación completa: Acuda al profesional idóneo y siga la ruta, es decir, acuda a su pediatra, quien se apoyara de exámenes específicos, dentro de  ellos es importante la evaluación neuropsicológica, ya que esta evaluación es el mapa del desarrollo de su hijo y arrojara una impresión diagnostica. Luego de todos estos exámenes, consulte al neuropediatra para que con toda esta información emita un buen diagnóstico. Recuerde, las evaluaciones deben repetirse para mirar la evolución de los niños y realizar ajustes en la intensidad, frecuencia y duración del apoyo terapéutico.

2)    Informe a las personas involucradas en su crianza, incluida la escuela. Muchos padres por temor a un trato diferencial o “especial” o un proceso de negación, omiten información importante. Entorpeciendo este ambiente tan importante en sus vidas. Estos espacios  son en donde mayor tiempo pasan los niños y omitir información solo retrasa sus logros.

3)    Hábitos y rutinas estructurados: Es la base de la disciplina de los seres humanos. Los niños que presenten diagnostico en su desarrollo o no, necesitan una disciplina para la vida y más en estos casos favorecerá desde un punto de vista ocupacional a su aprendizaje y adaptación para la vida.

4)    Normas claras: Todo acto tiene una consecuencia, utilice estrategias como rincones lúdicos, time out, semáforo, entre otros, para que los niños comprendan que conductas son adecuadas y cuáles no.

5)    Apoyo interdisciplinar: Es importante que no solo estén socializando o escolarizados, también es importante incluir dentro de su rutina algún deporte y el o los terapeutas con la intensidad o frecuencia que se oriente por parte de sus médicos.

Estas pequeñas pautas pueden ayudar muchísimo a tener un amplio panorama del desarrollo de tus hijos y la gran evolución, recuerde que una buena orientación favorece al tiempo de intervención y evolución.

Susana Castilla Capella

Master en Neuropsicología y Educación